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Cómo convertí un MacBook Pro averiado en un frankenstein funcional.

Hoy hablaremos de una de mis aventuras de cacharreo informático en la cual logré tener un macbook decente y funcional por a penas unos 45 euros. Todo comenzó hace un tiempo en cierta plataforma de compra venta online muy conocida, curioseando, de casualidad, me topé con un macbook pro por 10 euros (Unos 15 con el envío) cuya avería, según el vendedor, era que no daba vídeo pero que arrancaba, de buenas a primeras pensé que tendría la típica avería del fusible de la luz de la pantalla  o de la GPU y lo pillé con la intención de utilizarlo como equipo de sobremesa con MacOS. 

Cuando este equipo llegó a mis manos, me encontré con que al encender este pitaba, señal de que la placa no era capaz de ver la RAM, por lo que procedía a comprar un par de sticks de 4 GB de ram, 8GB en total para el equipo.

Por desgracia, la avería no resultó ser solo la ram (El stick que llevaba originalmente el equipo estaba frito), si no que había algo más, tras esto, procedí a desmontar la placa base, para encontrarme con un montón de polvo en el reverso de la placa base, por lo que procedí a limpiarla a ver si la avería podía ser un cortocircuito producido por la suciedad, por desgracia esto tampoco era la causa del problema.

Tras volver a retirar la placa del equipo, comienzo a revisar a ver si hay rastros de corrosión en la placa base, pero no encontré nada relacionado con ello. Tras un rato mirando la placa, reparé en que las soldaduras de las bobinas de la placa base estaban rotas, eso explicaría que el equipo no viera la ram ya que no le llegaba corriente. Una vez diagnosticada la placa, como no tenía a mano ningún soldador de estaño, procedí a buscar una placa base de repuesto.

No tarde en encontrar una placa base para un macbook pro por tan solo 15 euros (19 con el envío), pero no para un macbook de 2010, si no para uno de 2011, tras revisar la foto, vi que prácticamente las 2 placas base eran idénticas, salvo en aspectos como el conector de la webcam y las antenas, además de la reubicación del puerto de conexión de la pantalla. Viendo el bajo precio y que ambas placas eran muy similares decidí jugarmela y comprar la placa del macbook de 2011 ya que según algunas fuentes, las carcasas de todos los macbook pro de 2008 a 2012 son las mismas y todo apuntaba a que el experimento podría salir bien.

En cuanto la placa llegó a mis manos lo primero que hice fue cambiarla, para encontrarme, para mi sorpresa, que el equipo funcionaba sin problemas más allá de que no funcionaba la antena wifi, blutooth y la webcam, cosas que para mí no son un problema (Adaptador wifi y pa`lante, dejando a parte que nunca uso la webcam). El resultado finalmente fue un macbook de 2010 con placa de 2011 perfectamente utilizable, un perfecto frankenstein. 

Es una pena que cosas como estas ya no se puedan hacer en la acutalidad con los equipos de apple. Lo siguiente será cambiar el lector de DVD por un segundo disco duro y cambiar el disco duro original por un SSD, e incluso, si se me va lo suficiente la cabeza, hasta conseguir un adaptador para tarjetas pcie externo a través de thunderbolt para conectar tarjetas gráficas entre otras cosas.

Curiosamente junto a la placa base conseguí el primer modelo del macbook air de 2008, supuestamente estaba muerto, pero tras un reinicio del SMC volvió a la vida, eso si, tenía una pequeña gran tara: La pantalla estaba rota. Quien sabe si este podría ser el inicio de mi próxima aventura de cacharreo.




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